martes, 10 de febrero de 2009

Aviso matinal

Oído de madrugada en la calle del Calvario, de ventana a ventana, hace muchos años:

“¡Manoliquia. . . Manoliquia! ¡No le des de almorzar a la chiquia! ¡Que ha almorzau con su agüelo y con yo, crabas con patracas!”

Así hablaban entonces bastantes personas, aunque ahora nos parezca una broma. Vemos también que el tipo de desayuno no se parece a los actuales; sin embargo las crabas que decían (o cabras que decimos actualmente), que son caracoles blancos de monte, entonces se comían con cierta frecuencia; en cambio ahora son una exquisitez y en bastantes sitios una especie protegida. En la advertencia matinal se aprecia también que el desayunar dos veces una niña no estaba bien visto por su abuela. Sin duda las cosas han cambiado mucho desde entonces.

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