Un chiste que contaba mi padre:
Coincidieron comiendo en la misma mesa dos hombres que tenían una relación justita o nula. En el plato quedaban dos bocados, de diferente tamaño. Uno de los comensales dijo: “Coja, coja usté ”. El aludido cogió el bocado más grande. El que había hablado en primer lugar, no pudiendo contenerse, exclamó: “Parece mentira que cogiendo el primero, elija el bocado mayor. Eso demuestra muy poca educación”. A lo cual respondió el aludido: “Si hubiera sido usted primero, ¿cuál hubiera cogido?” El otro respondió: “Pues, naturalmente, hubiera cogido el pequeño”. Y concluyó el más listo: “Entonces, no sé por qué se queja: ¡Ahí, ahí lo tiene todavía!”
Lo cual demuestra que algunas veces, hasta las apariencias de buena educación tienen su trampa.
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